"Nos depertamos en medio de la oscuridad, sin saber nada de lo que sabíamos. ¿Dónde estamos, qué ocurre? Por un momento, no recordamos nada. Ignoramos si somos niños o adultos, hombres o mujeres, culpables o inocentes. ¿Estas tinieblas son las de la noche o las de un calabozo?Libertad, adrenalina, angustia, miedo. Frente a la diligencia, pereza.
Con más agudeza aún, ya que se trata del único equipaje que tenemos, sabemos lo siguiente: estamos vivos. Nunca lo estuvimos tanto. Sólo estamos vivos. ¿En qué consiste la vida en esta fracción de segundo durante la cual tenemos el raro privilegio de carecer de identidad?
En esto: tener miedo.
No obstante, no existe mayor libertad que esta breve amnesia del despertar. Somos el bebé que conoce el lenguaje. Con una palabra podemos expresar este innombrable descubrimiento del propio nacimiento: Nos sentimos propulsados ante el terror de lo vivo."
miércoles, 31 de marzo de 2010
"...el terror de lo vivo"
y casualmente al día siguiente de escribir la anterior entrada recibo "Diario de Golondrina" de Amélie Nothomb, y leo:
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