sábado, 25 de enero de 2014

Citas: Tirarse por la borda




Acabo de terminar de leer "Metafísica de los tubos" de la increíblemente inteligente Amèlie Nothomb, una mis favoritas, cuando retomo "Algo supuestamente divertido que jamás volverá a hacer de otro de mis autores favoritos más queridos, David Foster Wallace. Salvo la inteligencia, hábil manejo de la ironía e igual amor por la precisión en la elección de las palabras, sus estilos no tienen nada en común. La luminosa, ágil y desgustadora Amèlie y el opaco, exquisito y lucido de David. O quizás sí. Iguales conclusiones a lógicas semejantes. Escribe Amèlie:


"Existe el crecimiento y existe la decadencia; entre ellos no hay nada. (...) Eres un tubo procedente de otro tubo. Estos últimos tiempos has tenido la gloriosa sensación de evolucionar, de convertirte en materia pensante. Bagatelas. ¿Acaso las bocas de las carpas te pondrían tan enferma si no vieras en ellas un innoble reflejo de ti misma? Recuerdo que eres tubo y en tubo te convertirás. (..) La vida es lo que ves. Membrana, tripas, un agujero sin fondo que exige ser rellenado. La vida es ese tubo que engulle y permanece vacio. (..) Hipnotizada me dejo caer en el estanque. (81-83)
"....desde lo alto de aquel magnífico acantilado, miles de personas se mataron porque no quería que les mataran, miles de personas se lanzaron hacia la muerte porque le tenían miedo a la muerte. Hay aquí una lógica de la paradoja que me deja estupefacta. (...) Pero insisto en pensar que la mejor razón para el suicidio es el miedo a la muerte".(89)
Metafísica de los tubos, Anagrama 2001, traducción Sergi Pámies.



y David nos cuenta:



"...la misma intuición del mar como nada primordial, algo sin fondo, una profundidad habitada por seres llenos de dientes ...(..) Y el océano en si resulta(...) básicamente una enorme máquina de pobredumbre. El agua del mar corroe los barcos a una velocidad asombrosa: los oxida, exfolia la pintura, saca el barniz, apaga el brillo, cubre los cascos de los barcos de percebes, algas kelp y una mucosidad indefinida marina omnipresente que parece la misma encarnación de la muerte. (17-18)
(...)
Hay algo insoportablemente triste en los cruceros de lujo masivos. (...) me sentí desesperar. La palabra se ha banalizado ahora por el exceso de uso, desesperar, pero es una palabra seria, y la estoy usando en serio. Para mi denota una adición simple: un extraño deseo de muerte combinado con una sensación apabullante de mi propia pequeñez y futilidad que se presenta como miedo a la muerte.(...) Se parece más a querer morirse a fin de evitar la sensación insoportable de que uno es pequeño, débil, egoísta y de que, sin ninguna duda posible, se va morir. Es querer tirarse por la borda. (15)
Algo supuestamente divertido que jamás volveré a hacer, Mondadori DeBolsillo, 2013, traducción Javier Calvo


Amèlie sobrevivió a su temprano amago de suicidio ( si hemos de creerla) declarando haber vencido el miedo a la muerte. David, convivió con él hasta que, suponemos, lo superó cuando su último intento tuvo éxito en septiembre del 2008. 





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